Casi con una mirada sin inmutar, parado esta el Samurai, como quien espera sin ansias pero con espectativas de lo que encontrará. Frente a la gran puerta, se muestran cuatro (4) enormes monstruos cada uno de ellos con un propósito, el pimero el carruaje que busca doblegar la voluntad entre el error del querer y el deber y digo error porque nadie sabe a ciencia cierta en su mundo de creencia cual es la verdad - despues de todo venimos a este mundo a ser felices, pero nos esforzamos constantemente en lo contrario. Ese es demonio más fuerte porque es carne viva, es sangre y es pasión.
El segundo de los demonios que se apostan en la entrada de aquel extraño paraje es el que confunde y pierde que habla y no escucha pero como hace cambiar las esperanzas, es inquisitiva, es duditativa y fácil de volar en sueños, la mente con sus trampas todas ellas para que el Samurai cumpla su cometido, su profecía, para bien o para mal.
Solamente los grandes pensadores lograron derribar sus murallas, menos mal que el sabio samurai pudo entender el compromiso de escudriñar en las escrituras de sus viejos documentos y libros, eso le dio la sabiduría y escuchar a sus maestros, los siete viejos sabios que constantemente le recuerdan donde se encuentra su poder.
El tercer demonio, es duro, es cruel, es emocional, te hace llorar cuando quieres ser feliz te derriba el corazón a punta de golpes y con sangre a piel abierta juguetea con los otros dos demonios, es dificil no dejar heridas en esta lucha, el lo sabe, por ello aún recuerda como se entregó, como dió el todo por el todo para dar felicidad, porque entendió que mientras más se daba más amado sería.
Hoy aún con la sangrante herida no se atreve a dar sin esperar la otra contraparte, no ha entendido que en el juego del amor, siempre hay quien ama más y da más y que la medida de esto es parte del juego de las trampas de la mente con relación al amor, además sin duda, esto le pasa a todo el mundo, pero aún así hay que seguir amando y esperando, no importa cuantos años haya que esperar.
Sin duda que las heridas eran frescas, sus palabras lo repiten cada vez que puede de manera subconciente: "el amor es de dos" Y es que esto me viene a la mente pensando a través de el que talvez por ser nacido en envase doble, su contraparte se separó de él, esa fue su primera separación, ahora de allí en adelante si no gana la batalla a este tercer demonio no podrá consolidarse.
El cuarto demonio es el espíritu, se comprime y se retuerce, entre el mundo físico y lo empírico, lo real y lo no real, la apariencia sutil de los sueños, puede ser terrible cuando no se tienen sólidas bases de disciplina y fe, allí aflora el verdadero maestro, el samurai que busca dentro de si su mundo ideal.
Esta descripción, no es más que el paso que tuvo que atravesar para por fin pararse en la enorme puerta color oscuro de grandes lindeles y envejecido retoque.
Sorprendido se pone las manos en la frente cuando esa puerta se abre para el y una voz le dice con gesto de ceremonia, lograste con tu esfuerzo, ganar esta primera batalla, eres un trunfador, acaso ni tu mismo lo llegaste a creer, y veo en tu mirada el temor de perder tu sencillez, pero no es así porque esa es tu esencia verdadera. El secreto está en mantenerse sereno ante los dulces que se le dan al ego, pero si el alma es pura se mantiene intacta, porque siempre le dice en el silencio "aquietate".
Comprendió que ganó una batalla pero no la guerra, que hay mucho camino que recorrer, hoy es alegría, mañana esos monstruos tendrán doble cabeza como el infinito és, cada vez con más sabiduría, para que el reto sea más epopéyico.
El umbral fue superado, toca de nuevo prepararse más para convertir esa piedra oscura del corazón en un hermoso DIAMANTE donde las miradas que se encuentran sin hablar pueden entender el significado del amor, de los sueños, de DIOS.
Guerrero continua, no deserteis de tu camino que muchos vendrán a ti a devolver aquello que un día dejaste de lado, por falta de comprension.
ESTO ES PARA TI.........
