El espacio de la vida, la noche y el día, el silencio y la palabra, es el vaivén del ritmo que sigo en algunos momentos, como hasta ahora estaba adormecida por el tiempo, en el silente letargo de una noche oscura, esperando dar la vuelta a la primera ronda de aprendizaje de la maestra vida.
Cada instante es reconocido para extraer el potenciar del silencio interior, que con mucho ruido ahoga el alma, pero que hace falta para entrar nuevamente en el potenciar de nuestras experiencias.
Es absolutamente incomprensible y visible sólo a los ojos de quienes viven la circunstancias, es aprender a superarlas y seguir adelante viviendo como acabada de nacer, respirando nuevamente del oxígeno inagotable de la fuente divina.
Aqui estoy de nuevo, despertando y entendiendo, aprendiendo y enseñando, viviendo y viviendo, de nuevo sale el sol.
No te inquietes ni me preguntes el ahogo, llegó y se fue. Hoy estoy aqui de nuevo, dejando de lado el letargo adormecido de los sentidos y de la inteligencia. Hoy estoy viviendo y mis sueños se expresan con mayor fuerza.
Hoy es distinto, hoy es maduro, hoy es dulce y no criticable.
Se abre la puerta principal de comunicación divina, se abre la compuerta de entendimientos, surge la visión y la expresión, se sienten las emociones con sensatez. Se disfruta, se goza y se descansa para luego empezar otra vez el ciclo. Cada vez menos adormecida.
Es absolutamente incomprensible y visible sólo a los ojos de quienes viven la circunstancias, es aprender a superarlas y seguir adelante viviendo como acabada de nacer, respirando nuevamente del oxígeno inagotable de la fuente divina.
Aqui estoy de nuevo, despertando y entendiendo, aprendiendo y enseñando, viviendo y viviendo, de nuevo sale el sol.
No te inquietes ni me preguntes el ahogo, llegó y se fue. Hoy estoy aqui de nuevo, dejando de lado el letargo adormecido de los sentidos y de la inteligencia. Hoy estoy viviendo y mis sueños se expresan con mayor fuerza.
Hoy es distinto, hoy es maduro, hoy es dulce y no criticable.
Se abre la puerta principal de comunicación divina, se abre la compuerta de entendimientos, surge la visión y la expresión, se sienten las emociones con sensatez. Se disfruta, se goza y se descansa para luego empezar otra vez el ciclo. Cada vez menos adormecida.
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